Por un derecho igual y equitativo a la educación y a la formación
De hecho, este último, consolida la orientación cuantitativa del primer párrafo (derecho de toda persona a la educación) con énfasis en el sentido cualitativo del proyecto educativo que debe tener por objeto “el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecer la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos…».
Varios campos de acción estructurales y prioritarios requieren ser fortalecidos e incluso emprendidos para ilustrar dicha determinación necesaria para la puesta en obra integral del acceso de todos a una educación de calidad y para consolidar la promoción de la cultura de los derechos humanos en el sistema educativo. Algunos de estos campos de acción conciernen los dominios de interés y de preocupación del CNDH, habida cuenta que se inscriben claramente en su misión de promoción y protección de los derechos humanos. En este espíritu, este memorando tiene por objeto contribuir a la movilización y al compromiso por una escuela moderna, eficiente y ciudadana. Escuela que, desarrollando la igualdad de oportunidades, permitirá que cada uno pueda hacer valer sus méritos y talentos, aumente y consolide la movilidad, la integración y la cohesión social, y promueva los valores de la democracia, la libertad y la igualdad entre hombres y mujeres. Dos retos mayores interesan al CNDH y justifican su voluntad de dedicarles una posición primordial en los cambios a operar habida cuenta que su exitosa implementación dependerá de la revalorización y de la adaptación del sistema educativo marroquí a las exigencias de los tiempos presentes, así como a las aspiraciones democráticas a la dignidad y a la igualdad de oportunidades de un amplio sector de la sociedad:
• El acceso justo y equitativo de todos a la educación a lo largo de toda la vida en tanto que derecho fundamental consagrado en la Constitución. Esto implica la consecuente continuación de la lucha contra todas las formas de discriminación, el fortalecimiento de la integración, la rendición de cuentas y la repartición justa y equitativa de los recursos públicos.
• El acceso justo y equitativo a una educación de calidad que favorezca el desarrollo de la personalidad, el espíritu crítico, la participación, el respeto de la diferencia y la apertura sobre la diversidad sexual, étnica, religiosa y lingüística sin exclusión alguna.